La Constitución Política de Colombia de 1991 en el artículo 67 establece que la educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura.
La Educación Superior como un servicio público inherente a la responsabilidad social del Estado se define en la Ley 30 de 1992 como un proceso permanente que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral, se realiza con posterioridad a la educación media o secundaria y tiene por objeto el pleno desarrollo de los alumnos y su formación académica o profesional.
El establecimiento del Sistema Nacional de Acreditación es un mandato de la Ley 30 de 1992 como respuesta a la necesidad, expresada en múltiples escenarios, de fortalecer la calidad de la educación superior y al propósito de hacer reconocimiento público del logro de altos niveles de calidad, buscando preservar así derechos legítimos que en esta materia tienen los usuarios del sistema de educación superior y la sociedad global.
El concepto de calidad aplicado al servicio público de la educación superior hace referencia a la síntesis de características que permiten reconocer un programa académico específico o una institución de determinado tipo y hacer un juicio sobre la distancia relativa entre el modo como en esa institución o en ese programa académico se presta dicho servicio y el óptimo que corresponde a su naturaleza.
La búsqueda de la calidad favorece el desarrollo de diferentes procesos de autoevaluación necesarios en los programas académicos de las Instituciones de educación superior, los cuales
contribuyen a la apropiación de la cultura de autoevaluación fortaleciendo la participación activa de la comunidad académica y el mejoramiento cualitativo de
programas.
El sistema de aseguramiento de la calidad establecido para las Instituciones de Educación Superior permite la verificación de estándares y el seguimiento de los procesos desde su creación
hasta el desempeño del profesional que egresa del programa.
Los egresados son pieza fundamental en la retroalimentación y reorganización del currículo. Las instituciones de educación superior deben conocer las necesidades del contexto,
exigencias de formación y pertinencia del perfil de los egresados con estas. en este sentido es fundamental establecer estrategias y acciones que contribuyan a la identificación de debilidades y
fortalezas así como el diseño de propuestas que fortalezcan y/o mejoren la calidad del programa.
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